lunes, 2 de febrero de 2015

HARSA

Arantxa Recio es una ilustradora zaragozana conocida como Harsa. Coincidí con ella hace unos años en un curso de fotografía. En todo este tiempo la he visto crecer como artista; Zaragoza ha dado buena cuenta de muchos de sus murales y ultimamente trabaja muchísimo para editoriales fuera y dentro de Aragón.
Hace unos meses le pregunté si quería hacerme una de sus estupendas ilustraciones en las puertas de un armario (un mueble bastante anodino que compré en el Ikea y que se prestaba fenomenal como soporte para un artista). Hablamos un poco sobre cómo afrontar el trabajo y al final Arantxa hizo su magia. No veo la hora de volver a Zaragoza y ver en directo esta maravilla que espera paciente en mi pequeño local de El Gancho.

La ilustración habla de Los Sitios de Zaragoza (1808-1809). Habla de la resistencia, del carácter y del arrojo de un pueblo. Aquí no están retratadas las grandes figuras como Agustina, Palafox o Casta. En estas austeras lamas se hace reverencia al resto de los zaragozanos, gente anónima que defendió su ciudad. Desde entonces, en el escudo de nuestra ciudad se puede leer: "Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica e Inmortal". Éste, pues, es mi pequeño homenaje a todos ellos.
De este coraje se hicieron eco en otros países y en otras guerras. En Varsovia, por ejemplo, durante los años de ocupación nazi, la consigna de la resistencia era: "¡Recordad Zaragoza!" (recordemos también que los polacos habían formado parte del ejercito francés en el asalto a Zaragoza).
Y hablando de todo un poco, Arturo Pérez Reverte dice que España ha dejado escapar dos grandes oportunidades en toda su historia: una en el Concilio de Trento y otra en la Revolución Francesa. Ciertamente esta Revolución iba acompañada de grandes progresos, de ciencia y de una nueva educación para nuestro país. Y por eso hay muchos retractores de la resistencia española de aquella época.
Qué paradoja, ¡pardiez!, nunca se sabe cuándo acertar.

RENACIMIENTO

 


Galerías del alma... ¡El alma niña! 
Su clara luz risueña; 
y la pequeña historia, 
y la alegría de la vida nueva... 
¡Ah, volver a nacer, y andar camino, 
ya recobrada la perdida senda! 
Y volver a sentir en nuestra mano 
aquel latido de la mano buena 
de nuestra madre... Y caminar en sueños 
por amor de la mano que nos lleva. 

(...)

Antonio Machado